Domingo comienza con D y esto permite parodiar el
desembarque de los aliados para dar el golpe final a las fuerzas fascistas en
la segunda guerra mundial, porque dentro de cuatro días llega el domingo, día
de las elecciones al Congreso, este año que como nunca antes, existen
situaciones que han creado muchas expectativas.
A los candidatos hay que admirarles. Definitivamente
son muy valientes. De las cosas difíciles que hay en Colombia está la de
conseguir votos. Sobre todo lo costoso. Antes bastaba con las arengas de cualquiera
de los partidos tradicionales y lo de más trabajo era, de pronto, un discurso
veintejuliero. Pero ahora, con el degeneramiento que ha sufrido la cultura
política colombiana, alimentada con la necesidad de los pobres, el facilismo de
los políticos y la corrupción del régimen, el negocio electoral se ha
convertido en un verdadero mercado persa, donde quien se impone es el que mejor
cotiza.
El próximo domingo es un día de elecciones sin
precedentes: En primer lugar, porque por primera vez la extrema derecha se
presenta de manera abierta y no camuflada, como era antes; en segundo lugar
porque los suplentes de las mafias, porque los titulares están en la cárcel, se
presentan ensayando el esquema del endoso de los votos comprados; en tercer
lugar porque nunca antes el Congreso había estado tan desprestigiado que ahora,
después de que esta cochada que está terminando periodo, cometió cualquier
cantidad de desafueros corruptos que ya la opinión pública no tolera; en cuarto
lugar, y esto es lo más novedoso, porque en el período preelectoral las mal
llamadas redes sociales o cadenas virtuales del internet, tuvieron una
participación sin precedentes que no se sabe que consecuencia tendrán. Por este
conducto, que bien puede ser un eficaz medio de comunicación social masiva, se
difundieron denuncias sobre corrupción, se promovió el voto en blanco, se
promulgaron mensajes de contenido político, se puso a pensar a la gente. El
domingo veremos el real impacto del medio.
De la misma manera, la pugna interna de la
oligarquía colombiana que hoy está dividida entre las élites de la aristocracia
bogotana y las mafias antioqueñas, el próximo domingo comenzará a dilucidarse,
según el número de congresistas que saque cada uno; aunque se espera, por la
lógica del régimen político clientelista y corrupto que impera en Colombia,
propio de la democracia burguesa, que no de la democracia griega, que sea la
aristocracia bogotana, hoy enroscada en los clanes Lleras y Santos, quien
triunfe en la contienda, lo cual es más conveniente para el país y entonces ahí
ya sabremos lo que nos trae la llegada del día D.
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