miércoles, 25 de diciembre de 2013

EL REGALO DE NAVIDAD

La semana pasada Santos salió sonriente por televisión cuando el DANE publicó las cifras de la contabilidad nacional del tercer trimestre del año. Dijo el organismo de las estadísticas oficiales que la economía había crecido 5.1 % entre julio y septiembre del presente año. El gobierno, ni corto ni perezoso, pasó de inmediato la cuenta de cobro a los electores para acrecentar el caudal de la reelección.

Pero como siempre ocurre con los informes del DANE, que muestran los datos convenientes para el gobierno, se ocultan otras verdades sobre la realidad que lleva a la conclusión que de eso tan bueno no dan tanto. En principio podríamos decir que ese incremento es favorable porque proviene del aparato productivo; pero teniendo en cuenta que dentro de éste, la construcción tiene ciertas particularidades en el contexto de la economía, la emotividad de la noticia se desinfla. Primero, porque es muy coyuntural, pues una vez las edificaciones se terminan, el efecto se acaba; segundo porque luego viene el problema de la venta, cuando no hay suficientes compradores con capacidad de pago, aunque la necesidad social es sentida. La sola construcción de residencias se incrementó en 25,7 %  pegando un jalonazo al conjunto de la economía, pero a pesar de que muchas familias no tienen vivienda propia no todas tienen la capacidad de comprarlas.

En cambio las cifras de los sectores primarios y secundarios, los que verdaderamente muestran la solidez de la economía, siguen siendo preocupantes: los relacionados con el agro crecieron un 6.6 % pero ahí están los cuantiosos subsidios producto del paro agrario, que distorsionan la realidad. Los de minería crecieron solo un 6.1 % aun estando el petróleo y el carbón y lo más grave, la industria, que es sector fundamental para medir la solidez de la economía, siguió cayendo, esta vez en el 1,0 %. La construcción creció transitoriamente por las casas que regala el gobierno y por las manos abiertas de los bancos para prestar para ganarse el subsidio de la tasa de interés; pero hasta dónde estos mecanismos coyunturales puedan ser motivo de euforia?

Por supuesto el gobierno, en plena campaña electoral en que se halla, es el gran beneficiado con las cifras así, escuetas, sobre el crecimiento del trimestre, que combinado con los datos de baja inflación generada por el gran volumen de importaciones que incrementan la oferta de bienes y la baja tasa de desempleo, transitoria también por el trabajo en la construcción, hacer dar la idea de que en Colombia la situación está muy bien y que no solo para Santos sino para todos los colombianos, la economía se convierte en el regalo de navidad.

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