domingo, 28 de abril de 2013

EL CHOQUE DEL PLAN DE CHOQUE


En los últimos días el gobierno ha mostrado su preocupación por la situación que vive la economía colombiana, donde el sector industrial viene de capa caída poniendo en riesgo la solidez del aparato productivo y con ello todo el conjunto de la economía. Los hijos de los papás, quienes hoy administran el Estado colombiano, se ingeniaron un paquete de medidas que el mismo presidente anunció con bombos y platillos desde el 15 de abril, creando gran expectativa sobre todo en los empresarios y capitalistas, porque al pueblo ni le va ni le viene, ya que las medidas de la economía siempre se hacen pensando en los ricos.

Por supuesto, las medidas han sido bien acogidas por los empresarios viendo claramente su beneficio directo y a corto plazo; pero la pregunta es si además de favorecer a los capitalistas también favorecen a la economía, tal como lo presentó el hijo de Cárdenas. Aquí entra en juego el viejo debate en toda economía de mercado: si las fórmulas se deben aplicar en la oferta o en la demanda y en este caso, si en la situación general de la economía se debe tener en cuenta el empleo.

Si bien Santamaría, el director del DNP, dijo que este plan tenía como propósito crear más de 300 mil empleos nuevos, esto se espera como consecuencia de medidas aplicadas a la oferta, cuyos efectos siempre dejan duda, sobre si se transmiten al empleo. Nuevamente la vivienda y la construcción se toman como panacea, pero igualmente estimulando la oferta sin saber si esos productos finalmente se pueden vender ante una demanda agregada que no cuenta con los ingresos necesarios para comprar los bienes que de por sí son de precios elevados, aunque exista masivamente la necesidad de ellos.

Parece que el plan confeccionado por el gobierno tiene más un trasfondo político que pretende evitar el apoyo al uribismo de los empresarios, que verdaderamente reactivar la economía para recuperar la actividad industrial. Es verdad que en la teoría económica existen argumentos para destacar el papel de las tasas de interés y los estímulos a la oferta, pero en la historia la realidad nos muestra que la racionalidad del empleador se basa más en la posibilidad de vender por ampliación de la demanda independientemente de sus costos, que en la creación de puestos de trabajo porque sus costos le disminuyeron. Si la demanda agregada no se incrementa primero por la vía de la generación de empleo, el sector industrial no se reactivará y por lo tanto lo que veremos será el choque del plan de choque.

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