miércoles, 10 de abril de 2013

LA BASURA ES UNO DE TANTOS


Desde cuando, por mandato constitucional, se abrió la puerta para la privatización de lo público, a muchos capitalistas inescrupulosos se les abrió las agallas por la posibilidad de hacer nuevos negocios en un campo hasta esa fecha reservado para el Estado desde que este organismo fue creado hace ya muchos miles de años. Lo público tiene la ventaja para el empresario de que en su mercado se presenta una demanda con elasticidad-precio inelástica y esto permite penetrar al mercado sin mayor esfuerzo de marketing; por el contrario, en lugar de que la oferta se esfuerce por conquistar clientes, estos hacen fila para llevarle la plata y pagar. Así, un grupo de inversionistas se dedicó a recorrer el país para ganarse las concesiones, delegaciones o contratos, muchas veces recurriendo a procedimientos poco éticos por debajo de la mesa. Algunos apellidos ya han hecho carrera en esta materia.

Pero los señalados inescrupulosos capitalistas se fijaron mucho en las ventajas del mercado de lo público y en la facilidad de adquirir privilegios por la vía de la corrupción corriente de los funcionarios y muy poco se fijaron en las demás condiciones y características que significa el merado de lo público, que por su esencia de origen natural, se alimenta de factores de manejo muy complejo, derivados de la conducta del consumidor, que difiere profundamente de la conducta del consumidor de lo privado y que genera graves problemas de administración, con los consecuenciales efectos en la estabilidad financiera de la empresa en el largo plazo. Así lo estamos viendo en el sector de la salud, en el transporte y también en el terreno de los residuos sólidos como está ocurriendo en Popayán. Cuando se adjudicó el manejo de las basuras en Popayán a la empresa que hoy opera el servicio, mucho se dijo en la opinión pública acerca de la negociación y hoy estamos viendo los resultados.

Ni es el primer caso, ni el ultimo, ni nos debe sorprender. Se trata de lo mismo que viene ocurriendo en Colombia desde que el modelo neoliberal viene operando. El Estado cómplice suscribe contratos, concesiones o delegaciones para colocar lo público en manos de empresas privadas con el único fin de que los particulares se llenen los bolsillos, con el argumento trinado de que el Estado es mal administrador, satanizando este organismo sin reconocer que los malos administradores son los recomendados del clientelismo que ocupan los cargos, pero no el Estado. Entonces se busca la fiebre en la sábana, privatizando lo público, en lugar de corregir las irracionalidades del régimen político existente. Hoy seguramente se encontrará una solución transitoria al problema del relleno sanitario de Popayán, pero no significa esto que se ha logrado la solución de fondo que no es sólo para esta ciudad ni para esta sola materia, porque el asunto es general para todos los bienes y servicios públicos donde la basura es uno de tantos. 

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