miércoles, 20 de marzo de 2013

MATRIMONIOS DEL MISMO SEXO


Con el cambio de Papa y la elección del argentino a quien le recuerdan sus posturas cuando ejerció el cardenalato, nuevamente se agudizó la polémica, aun sin solución, que enfrenta la ideología de la modernidad y la ideología de la postmodernidad, en varios temas importantes sobre los que la Iglesia Católica ha tomado posición. Los partidarios de la postmodernidad, acusan a sus antagonistas de ser retrógrados, anticuados, arcaicos, retardatarios y se autoproclaman progresistas y defensores de los derechos, sobre la base de que la institución que ha dado la cara para defender la postura opuesta, es la iglesia, que no utiliza entre sus argumentos la ley natural sino el pensamiento cristiano, desviando así el verdadero corazón del debate.

Si bien es cierto la ideología de la modernidad sobre la cual se construyó el pensamiento clásico, el período renacentista y el Estado Moderno ocurrió entre los siglos dieciocho y diecinueve, la ley natural no tiene fechas; pues aun en la época que vivimos, la naturaleza sigue demostrando que sus leyes son poderosas y que están por encima de las leyes jurídicas y las leyes del mercado. Por lo tanto en el fondo, la confrontación no está relacionada con la cronología ni tampoco con las posturas religiosas. Se trata más bien, del enfrentamiento de la ley natural contra la ley del mercado; es la confrontación entre el Estado Moderno y el Estado Postmoderno; es el vaivén entre el capitalismo empresarial y el capitalismo rentista, independientemente de lo que diga la religión católica. Pues muchos laicos, después del abandono del pensamiento escolástico y canonista, han fijado posición a favor o en contra de las partes del debate, sin tener en cuenta sus creencias religiosas.

Cuando los alemanes crearon el Estado de Derecho, por allá entre el siglo diecinueve y el veinte, pensaron más en la responsabilidad de este organismo y en la necesidad de establecer reglas para todos incluido el mismo Estado, que en la evolución del concepto de los derechos, hoy contaminado con el debate entre la naturaleza y el mercado. Hoy que impera este tipo de Estado, que los neoliberales han sabido aprovechar para sostener el capitalismo rentista, el debate se ha trasladado a un campo donde el tema parece ser religioso y no filosófico o doctrinario, alejando así a quienes están de acuerdo con la ley natural pero que no toman partido en materia religiosa. Parecería que este grupo, quienes no comparten las propuestas postmodernas pero no por motivos religiosos sino por motivos filosóficos,  no tuviera velas en ese entierro.

Hace falta que también entre a participar este tercer grupo para que no se siga considerando que el debate es religioso, desviando así la opinión pública sobre temas que la ley del mercado, en concordancia con los intereses del capitalismo rentista que domina hoy, ha impuesto y que al presentarlos como postmodernidad y progresismo por la armonía con la teoría de los derechos, todo el mundo debe aceptar callado la boca, tal como hoy se están validando socialmente los matrimonios del mismo sexo.

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