sábado, 2 de marzo de 2013

LA REFORMA A LA SALUD


El gobierno está socializando la propuesta de reforma al sistema de salud que llevará al Congreso en los próximos días y por obvias razones ha despertado todo tipo de curiosidades y expectativas. La mayoría esperábamos que, siendo consecuentes con el diagnóstico de la salud en Colombia, la reforma tendría que extirpar el tumor maligno de las EPS.

Siempre hemos dicho que los mercaderes de la muerte o traficantes de vidas humanas, alias las EPS, sobran en la conformación de sistema y además que se comen, como parásitos, la mayor proporción de los recursos asignados al mismo, a través de sus gastos de funcionamiento y utilidades de los inversionistas. Ahora con la propuesta dijo Jaime Arias, quien las representa, que la propuesta castraría a las EPS, lo cual no es totalmente malo, porque si bien no las elimina del todo, al menos les corta el aparato reproductor y eso es importante.

La propuesta pretende crear Mi-Salud, como un organismo de naturaleza especial con autonomía administrativa y financiera, que manejará los recursos y a la vez administrará las afiliaciones, lo cual constituye la columna vertebral del sistema. Pues hoy el mal llamado aseguramiento es una aberración que aplica el concepto de aseguramiento retroactivo y opera más como un impuesto, que permite a las EPS, con ánimo de lucro, administrar directamente los aportes, sacrificando la calidad del servicio para quedarse con el dinero, estrangular a los prestadores IPS y sacar por delante las ganancias de su lucrativo negocio.

La propuesta no erradica totalmente la causa del problema, pero sí introduce una modificación importante al sistema. Transforma las ESP en administradoras de atención básica y especializada reforzando así los servicios de prevención, atención y rehabilitación de primer nivel, lo que refuerza a las secretarías de salud territorial, sobre todo en materia de prevención, y modifica el plan de beneficio estableciendo un plan integral, que todavía no sabemos eso con qué se come, pero que parece va a evitar que a los usuarios les sigan negando la atención con el argumento de que su necesidad está por fuera del POS.

Aun no se conoce suficientemente el articulado del proyecto de ley, pero los documentos oficiales del ministerio donde se consigna el espíritu de la propuesta, crea esperanzas para corregir las deficiencias estructurales del sistema creado por la Ley 100 del 93, el que permitió durante muchos años desviar el verdadero sentido de las políticas sociales, impregnando con el enfoque financierista, un bien público cuyo sentido debe ser totalmente humanista. Esperamos conocer el articulado final, que todavía está modificando el ministro con base en las consultas que realiza con los diferentes actores, contando con que la propuesta definitiva colme las expectativas que toda la comunidad colombiana espera de la reforma a la salud.

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