martes, 20 de octubre de 2020

LA ENCRUCIJADA DEL FMI

 

El Fondo Monetario Internacional (FMI) es uno de los organismos multilaterales que ha patrocinado la modalidad del Capitalismo Rentista y como tal, ha sido promotor de las políticas neoliberales que, como ya se sabe, concentran su punto de mira en bajar el gasto público y frenar la inflación, ambas acciones para favorecer a los grandes capitalistas especuladores internacionales del dinero. En sus consabidos monitoreos que hacen a los países, siempre recomiendan bajar el gasto público y medir con gotero el gasto social apoyando el desprestigio deliberado de este tipo de gasto, al que peyorativamente los neoliberales llaman populismo. 

Por eso sorprende las declaraciones de este organismo multilateral en los últimos días, que a raíz de la crisis generalizada en la economía consecuencial de la pandemia, ha salido a decir que el gobierno debe aumentar el gasto. Sorprendente porque la fórmula de aumentar el gasto para ensanchar la demanda agregada y de esta forma reactivar la economía es típicamente keynesiana, al que los neoliberales consideran como el demonio porque huele a comunismo en razón al mérito que Keynes le otorgaba al Estado y ellos asocian este mérito con el papel del organismo en las economías planificadas. 

Claro que el FMI tiene razón porque la historia ha demostrado que la forma de aumentar el empleo y dinamizar la economía es por la vía de la demanda agregada, donde el gasto del gobierno tiene un importante papel; pero en el enfoque convencional la fuente de este incremento del gasto es el cobro de los impuestos a los ricos, que hoy son los especuladores del dinero que se alimentan con la renta que les produce los papeles del mercado de capitales, y por otro lado la emisión de dinero, que hoy no se puede realizar porque el banco central ya no lo maneja el gobierno sino que está al servicio del BPI. Ambas medidas que le causan escozor a los neoliberales y por supuesto al FMI. 

Así las cosas, se produce un fresquito por el reconocimiento que hace el organismo multilateral al importante papel del gasto público; pero también se crea una gran preocupación cuando vemos el complemento de la recomendación del Fondo, ya que dice que la fuente de ese aumento del gasto del gobierno, debe ser un mayor endeudamieto por la vía de la colocación de papeles en el mercado de capitales, y ahí sí, tras de gordo hinchado; pues bien alto que está el saldo de la deuda pública y harto que se está comiendo el servicio de la deuda que ya para el 2021 se llevará el 38 % del presupuesto nacional, para seguir incrementando este concepto en las finanzas públicas que ya tienen saturada la base tributaria. 

El otro aspecto que se percibe, es la preocupación del organismo por la situación que afrontan sus protegidos que tienen tanto capital acumulado y ya no saben qué hacer con ello debido al estancamiento de la economía, generándoles lucro cesante y disminución de la tasa de interés que afecta sus ingresos. Entonces el Fondo quiere tirar al agua a los Estados endeudándose más para salvar el negocio a los especuladores del dinero; pero con ello y debido al alto nivel de endeudamieto presente de los estados, lo que hace es agilizar el camino al desastre total cuando los gobiernos se vean imposibilitados para pagar la deuda y entonces los agiotistas terminan matando la gallina de los huevos de oro y para ellos, el remedio sale peor que la enfermedad, viéndose con ello que la situación de hoy se ha convertido en la encrucijada del FMI.  

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