martes, 16 de abril de 2019

LA HORA DEL CAMBIO GLOBAL

La gran cantidad de fenómenos de protesta social que han ocurrido durante lo que va corrido de este año 2019, no es gratuita. Es un síntoma de que se están daño campanadas de alerta a la gran crisis que pronto afectará al modelo de globalización financiera que lleva ya dominando al mundo tres décadas.

En sus orígenes por allá en los años 30 y cuando se logró instaurar en el poder de Estado por acá en los años 80, los promotores y beneficiarios del modelo creyeron que el negocio era fácil:  primero estrangular los ingresos del Estado; luego sacarlo de la olla prestándole dinero mediante la compra de papeles en el mercado de valores, para luego sí, obligar al Estado a dedicarse cobrar impuestos para pagarles a ellos, los promotores y beneficiarios del modelo, agrupados en los Fondos de Inversión. Complementariamente, a que el organismo adoptara como política macroeconómica el freno a la inflación para que sus ganancias obtenidas mediante papeles de renta fija no fueran a afectarse y de paso para completar, a que las rentas provenientes de la especulación monetaria no fueran gravadas con impuestos. Pensaron que el Estado nunca quiebra de modo que el negocio es seguro.

Hoy vemos la gran acumulación capitalista en el sector monetario y el desecamiento del aparato productivo mundial. El FMI emite conceptos desalentadores sobre el crecimiento de la economía mundial, a pesar de que la economía global se está inflando, más que creciendo, por el desbalance entre el sector real y el monetario, este último con grandes ahorros ociosos, que los tenedores, principalmente los fondos, no saben qué hacer con ellos. Por ello la tasa de interés ya está en cero en países de Norteamérica y Europa. Los excedentes son cuantiosos y la oferta monetaria sobrepasa a la demanda para inversión, porque el aparato productivo está disminuido. Estados Unidos se defiende, porque este país es quien emite los dólares, no se sabe con qué respaldo, pero con la aceptación del resto del mundo, aunque China y Rusia ya dijeron que no le jalan más; pero los europeos, van para la olla.

Les queda nuevamente, los Estados para colocar su capital. Pero la mayoría de Estados, por no decir todos, ya están quebrados. En Europa, estos organismos ya no aguantan más deuda porque sus ingresos fiscales no dan para pagar tanto. En ese continente hay mucha acumulación en manos privadas, con proliferación de magnates dedicados a sus excentricidades, a atesorar en lingotes de oro porque ya no creen en el dinero y a consumir cocaína, pero los fiscos están en la ruina porque la base tributaria está menguada, como resultado de los impactos en el sector real de la economía.

Las premoniciones de Nathan Hagens, Director del Instituto para el Estudio de la Energía y Nuestro Futuro de USA, quien lanzó hace ya varios años su tesis sobre el colapso financiero mundial, ya comenzaron a cumplirse y cuyos primeros síntomas se aprecian en las manifestaciones de protesta de la gente que, golpeada por los efectos sociales del modelo, sale a la calle a manifestar su inconformidad. Y a pesar de los quites y esfuerzos que los organismos financieros realizan para salvar el ordenamiento económico mundial, los indicadores económicos, principalmente los de la balanza de pagos, están anunciando la hora del cambio global.

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