Los
uribistas neonazis, porque también existen en ese movimiento los moderados, los
conservadores, los antipetristas, los neoliberales, los arribistas, los
ignorantes y los paramilitares, creen y afirman que las movilizaciones de
protesta son producto de la influencia desde países extranjeros o de la
infiltración de grupos terroristas, como si los colombianos de las clases
populares fueran borregos sin pensamiento propio, sin criterios personales, sin
juicios, débiles de carácter, sin autocontrol emocional, pero sobre todo, como si los del pueblo no sintieran
en carne propia los efectos de la situación generalizada que vive el mundo hoy,
como secuencia del modelo neoliberal del Capitalismo Rentista, con su fenómeno
de globalización financiera, que está azotando no solo a Colombia sino a casi
todos los países incluidos los europeos.
Desde
los años ochenta, con la subida al poder del dúo Reagan-Thatcher, la
transformación del Estado, que dejó de ser el órgano para atender las
necesidades de las comunidades, se convirtió en el objeto de negocio y
explotación de parte de los diversos Fondos de Inversión y sus diferentes
aliados en el negocio financiero. Ahora el Estado se dedica únicamente, a bajar
el Gasto Público, frenar la inflación y a pagar cumplido el servicio de la
deuda, abandonando su función de atender las necesidades humanas, como lo
establecieran los alemanes desde 1890 bajo el concepto de Estado Social.
Complementariamente y para los mismos fines, a privatizar los bienes públicos,
principalmente en inescrupulosas multinacionales que llenan sus arcas cobrando
elevadas tarifas, con la complicidad de la respectiva superintendencia y por
supuesto, de los neoliberales criollos, quienes se benefician con las migajas
que los privatizadores les conceden. Por otro lado, a exonerar de impuestos a
los capitalistas rentistas y a cobrar elevados gravámenes indirectos, como el
IVA del 19 %, que golpean principalmente a los pobres. Y para acabar de rematar,
a la imposición de una política macroeconómica de desempleo, que surge
lógicamente como en cualquier país subdesarrollado, por efecto de la política
antinflacionaria. Además, con un código de policía que le cierra todas las
puertas al rebusque informal, propio de realidad del subdesarrollo.
Que
se genere desigualdad, concentración del ingreso y pobreza, es la ley particular
del sistema económico que funciona a través del mercado. Para eso debe estar el
Estado: para que alivie los golpes del mercado y suavice los efectos sociales
del sistema económico. Pero si este organismo está reducido solo a favorecer el
capitalismo rentista abandonando a las clases populares, que otro camino les
queda a estas? Anteriormente cuando existía el Estado del Bienestar, al menos
había una Política Social que en algo amortiguaba los efectos de las leyes del
mercado. Pero a ese tipo de Estado lo destruyeron las fuerzas del Capitalismo
Financiero Internacional y con su ideario neoliberal, despectivamente le llaman
“Populista” y le prohíben adoptar políticas centradas en la atención de las
necesidades sociales, las cuales se limitan, solamente, a la entrega de
subsidios a la demanda focalizando con gotero el gasto social. El dinero de los
impuestos no es para atender a los pobres sino para pagar el servicio de la
deuda.
Qué
otra salida les queda a las clases populares que ya están ahogadas, después de
tres décadas de aguante, con el esquema de los altos impuestos, altas tarifas
de los servicios básicos domiciliarios, de los servicios públicos colectivos,
del precio de los servicios sociales a través de la capitación, etc. etc., sin
empleo y sin que el Estado adopte programas consecuentes con la realizada
socioeconómica? Pues salir a protestar impulsadas por el instinto natural de
conservación. Pero los neonazis pretenden que las comunidades afronten
resignadas, calladas la boca y aguanten y aguanten el azote, sin decir nada,
cuando la copa ya se está rebozando después de un acumulado de treinta años de
avance del modelo económico con sus deletéreos efectos contra la dignidad
humana y en lugar de reconocer su complicidad criolla que mete a la fuerza esas
políticas, le echan la culpa a otros factores, dentro su estilo de mentir y
engañar a la opinión pública, desconociendo o deliberadamente negando, la
verdadera génesis de la protesta social.
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