martes, 5 de junio de 2018

EL CUENTO DE LA POLARIZACIÓN POLÍTICA


A raíz de la campaña política que se realiza en el país, ha tomado fuerza en la opinión pública la idea de que Colombia está polarizado, lo cual es perjudicial para la convivencia armónica de la sociedad; pero si reflexionamos con detenimiento, vemos que dicha polarización es más un invento de la imaginación en la gran prensa bogotana, que una realidad sociopolítica presente en la vida nacional.

Sin mirar las condiciones personales de los candidato ni su pasado, lo cual es importante pero no determinante de la calidad del gobierno, encontramos que hoy la confrontación es, simplemente, entre dos modelos económicos, ambos dentro del mismo sistema capitalista. Por una parte está el modelo del Capitalismo Rentista con sustento en el pensamiento neoliberal, de la era postindustrial, que desde hace treinta años impera; y por otro lado está el Capitalismo Empresarial con sustento en el pensamiento del Liberalismo Social propio del Estado del Bienestar, de la era industrial, que existió en Colombia hasta 1980. O sea que en ambos casos ya existen experiencias reales en el país. El primero, cuya política económica se orienta al control de la inflación para favorecer al capital rentista, el segundo con la política económica que se orienta al pleno empleo para favorecer a los industriales. El primero con una política fiscal restrictiva orientada a bajar el Gasto Público, el segundo con una política fiscal expansiva sin frenar el gasto público. El primero con la política monetaria de inflación objetivo y el otro con una política monetaria de incremento de la demanda agregada; el primero con una política cambiaria de tipo de cambio flexible y el segundo con una política cambiaria de tipo de cambio fijo. El primero con crecimiento hacia afuera y objetivo en el mercado externo y el segundo con crecimiento hacia adentro y objetivo en el mercado interno. El primero con privilegio en los sectores terciarios y el segundo con privilegios en los sectores secundarios. El primero con la privatización de los bienes públicos y el segundo con los bienes públicos en el seno del Estado.

Pero ninguno de los dos candidatos habla de cambiar el sistema económico y por supuesto, ambos proponen sostener el mecanismo de mercado como medio para el funcionamiento del sistema; además porque el sistema planificado, propio de las economías socialistas, es anacrónico y no tiene vigencia histórica, por lo cual proponerlo en una campaña presidencial sería una locura.

Salvo que los autores doctrinarios, Von Hayek por un lado y Keynes por el otro, sean el uno de derecha y el otro de izquierda, podría hablarse de polarización, lo cual no es cierto. De lo contrario no hay tales polos extremos. Lo que sí se aprecia es que en un bando están juntos los grupos político que hacen parte de la oligarquía y siempre han estado sosteniendo el establecimiento y por otro lado está los grupos que no han hecho parte del establecimiento y por lo tanto no han estado metidos dentro de la mermelada. Pero eso no los hace ni de derecha ni de izquierda, porque ambos deben operar dentro de las reglas del régimen y del sistema político existentes, por lo cual ambos son eso: simplemente actores políticos de un mismo régimen, que no pueden modificar, salvo que se cambien la Constitución y la Ley.

Pero los periodistas de los grande medios de Bogotá, tienen gran capacidad para crear opinión y tal vez por su propia ignorancia o por intensión preconcebida, han creado un escenario que en la realidad no existe y que está propiciando enfrentamientos entre la ciudadanía que son verdaderamente innecesarios y peligrosos, los cuales no se justifican y solo existen por el efecto que produce el cuento de la polarización política.

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