El
agente del capitalismo salvaje y recalcitrante exponente del pensamiento
neoliberal Sergio Clavijo, salió ahora con una propuesta que produce asombro
por lo irracional cuando se trata de examinar los asuntos públicos, relacionada
con el manejo de las pensiones en Colombia. Dijo que se debía aumentar la edad
para pensionarse, lo cual podría ser aceptable si fuera posible que dieran
empleo a los viejos, pero lo más absurdo fue su propuesta sobre el
marchitamiento de Colpensiones, cuando, para solucionar el problema,
precisamente lo que hay que acabar son los fondos privados de pensiones y no la
entidad oficial, dónde radica la causa de lo que él llama la bomba fiscal.
Entendemos
su postura porque para eso lo tienen ahí. Pero no debemos olvidar que ha sido
el modelo del Capitalismo Rentista impuesto desde los años ochenta y que se
consolidó después del Consenso de Washington modificando la estructura de
financiamiento del Estado para poner las finanzas públicas como objeto central
del negocio de los fondos privados de inversión, lo que tiene hoy a casi todos
los Estado del mundo, en la grave situación financiera, tal como ocurre en
Colombia y más. Lo que les preocupa a
los capitalistas rentistas agrupados en los fondos y a los fondos mismos que
son los más beneficiados, es el servicio de la deuda. Los asuntos públicos y
los problemas sociales no les importa, como ahora con el tema de las pensiones.
Su preocupación no es el asunto público de la vejez, sino el pago de las
obligaciones adquiridas por el fisco a favor de los tenedores de bonos.
El
nicho natural de lo público es el Estado, tal como se estableció desde el siglo
XVIII, por lo cual quien debe manejar las pensiones es el organismo estatal.
Pero los fondos privados secuestraron los jóvenes que pagan la cotización
mensual, de quienes se nutren durante más de 20 años, dejando a Colpensiones
los viejos, que no pagan, pero que demandan la mesada pensional cuya fuente es
el presupuesto público. Por lo tanto, la solución es simple: que regresen los
jóvenes al Estado y les dejen los viejos a los fondos privados. Así,
Colpensiones tiene una fuente de ingresos y la carga contra el presupuesto deja
de ser una bomba.
Mientras
no se cambie la actual estructura de financiamiento del Estado impuesta por el
Consenso de Washington, donde las finanzas públicas se han reducido a abrir un
hueco para tapar el otro hueco abierto años atrás, siempre incrementando la
deuda con los cuantiosos intereses que debe pagar, nunca llegará la solución
definitiva para los problemas sociales y las necesidades del desarrollo
nacional. Mientras el Estado siga siendo el marrano para asegurar los
lucrativos negocios de los fondos de inversión y siga alejado del cumplimiento
de los sus fines sociales, ni las pensiones, ni la infraestructura, ni la
educación, ni la salud, ni el deporte, ni nada, tendrá los mecanismos adecuados
para satisfacer los requerimientos humanos. Se comprende la postura de Clavijo
quien debe defender a toda costa los fondos sin que le importe un comino, ni el
Estado, a quien ven simplemente como el cliente de su negocio, ni la comunidad,
a quien ven como un obstáculo para su negocio; pero ya llegar al extremo de sus
propuestas con la idea de arrebatar del todo lo público de las manos del
Estado, es una perversa desfachatez de ANIF.
No hay comentarios:
Publicar un comentario