miércoles, 15 de noviembre de 2017

DESFACHATEZ DE ANIF

El agente del capitalismo salvaje y recalcitrante exponente del pensamiento neoliberal Sergio Clavijo, salió ahora con una propuesta que produce asombro por lo irracional cuando se trata de examinar los asuntos públicos, relacionada con el manejo de las pensiones en Colombia. Dijo que se debía aumentar la edad para pensionarse, lo cual podría ser aceptable si fuera posible que dieran empleo a los viejos, pero lo más absurdo fue su propuesta sobre el marchitamiento de Colpensiones, cuando, para solucionar el problema, precisamente lo que hay que acabar son los fondos privados de pensiones y no la entidad oficial, dónde radica la causa de lo que él llama la bomba fiscal.

Entendemos su postura porque para eso lo tienen ahí. Pero no debemos olvidar que ha sido el modelo del Capitalismo Rentista impuesto desde los años ochenta y que se consolidó después del Consenso de Washington modificando la estructura de financiamiento del Estado para poner las finanzas públicas como objeto central del negocio de los fondos privados de inversión, lo que tiene hoy a casi todos los Estado del mundo, en la grave situación financiera, tal como ocurre en Colombia y más.  Lo que les preocupa a los capitalistas rentistas agrupados en los fondos y a los fondos mismos que son los más beneficiados, es el servicio de la deuda. Los asuntos públicos y los problemas sociales no les importa, como ahora con el tema de las pensiones. Su preocupación no es el asunto público de la vejez, sino el pago de las obligaciones adquiridas por el fisco a favor de los tenedores de bonos.

El nicho natural de lo público es el Estado, tal como se estableció desde el siglo XVIII, por lo cual quien debe manejar las pensiones es el organismo estatal. Pero los fondos privados secuestraron los jóvenes que pagan la cotización mensual, de quienes se nutren durante más de 20 años, dejando a Colpensiones los viejos, que no pagan, pero que demandan la mesada pensional cuya fuente es el presupuesto público. Por lo tanto, la solución es simple: que regresen los jóvenes al Estado y les dejen los viejos a los fondos privados. Así, Colpensiones tiene una fuente de ingresos y la carga contra el presupuesto deja de ser una bomba.


Mientras no se cambie la actual estructura de financiamiento del Estado impuesta por el Consenso de Washington, donde las finanzas públicas se han reducido a abrir un hueco para tapar el otro hueco abierto años atrás, siempre incrementando la deuda con los cuantiosos intereses que debe pagar, nunca llegará la solución definitiva para los problemas sociales y las necesidades del desarrollo nacional. Mientras el Estado siga siendo el marrano para asegurar los lucrativos negocios de los fondos de inversión y siga alejado del cumplimiento de los sus fines sociales, ni las pensiones, ni la infraestructura, ni la educación, ni la salud, ni el deporte, ni nada, tendrá los mecanismos adecuados para satisfacer los requerimientos humanos. Se comprende la postura de Clavijo quien debe defender a toda costa los fondos sin que le importe un comino, ni el Estado, a quien ven simplemente como el cliente de su negocio, ni la comunidad, a quien ven como un obstáculo para su negocio; pero ya llegar al extremo de sus propuestas con la idea de arrebatar del todo lo público de las manos del Estado, es una perversa desfachatez de ANIF. 

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