Ya la
memoria me falla; pero creo que desde por allá a finales de los ochenta del
siglo pasado, estamos viendo las marchas, las tomas y los bloqueos de las vías
en el departamento del Cauca y el libreto es siempre similar para su tratamiento.
Como el
país adolece del centralismo bogotano, los dirigentes de la protesta invocan a
funcionarios del nivel central para negociar; pero durante el gobierno de
Santos se tiene que hablar con los ministricos que lo caracterizan. Si algo ha
identificado el gobierno de Santos es que nombra en el alto nivel miembros de
la élite oligárquica que, como ya se saber, son ineptos e ignorantes de la
realidad territorial. Algún payanés ingenioso decía en su cuenta de Facebook
que negociar con los ministros de Santos era como “chupar teta con el brasier
puesto”. Así que el diálogo se vuelve insulso y con paños de agua tibia se
levanta la protesta, o mejor se aplaza, con base en promesas de apagar
incendios o aliviar el dolor, mientras que el tumor sigue creciendo.
Claro que
en un país de falsa descentralización corresponde al gobierno central asumir el
financiamiento y las medidas de política necesarias para resolver los problemas
territoriales; pero la gestación o inicio del proceso es de carácter local. Para
qué se hacen elegir los alcaldes y gobernador si cuando se trata de asuntos
territoriales corren a buscar al gobierno nacional para la solución, si allá en
Bogotá la élite de poder ni conoce los problemas, ni le interesa la solución, cuando
en este territorio no hay grupos económico que ejerzan presión.
En una
página del Facebook, un cuentahabiente hace un llamado interesante y dice que
como de la clase política no se puede esperar nada, que sea desde la sociedad
civil que se promueva un movimiento para dialogar y propugnar por una solución
estructural y definitiva a este problema que ya se ha enraizado en la historia
regional; idea que tiene cierto grado de sensatez, porque es necesario ensayar
todo tipo de fórmulas a ver si algún día se le propone al gobierno nacional un
mecanismo que permita evitar que cada cierto tiempo se coloque en confrontación
los derechos de los indígenas y la comunidad rural y los derechos de la
comunidad urbana del municipio de Popayán. Ya sea de gestación gubernamental o
de gestación civil, lo cierto, tal como mandan los cánones de la planificación
estratégica, es que el diseño de la solución definitiva debe salir de los
actores territoriales, quienes son los únicos que conocen y sienten el problema
y por lo tanto quienes pueden identificar las soluciones y luego sí, ejercer la
presión necesaria en el nivel central para que apoye las medidas y de esa
manera poder responder la pregunta que hoy se hacen los payaneses ya
desesperados por la repetición cíclica del episodio de bloqueo: hasta cuándo
por Dios?.
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