miércoles, 8 de junio de 2016

HASTA CUÁNDO POR DIOS?

Ya la memoria me falla; pero creo que desde por allá a finales de los ochenta del siglo pasado, estamos viendo las marchas, las tomas y los bloqueos de las vías en el departamento del Cauca y el libreto es siempre similar para su tratamiento.

Como el país adolece del centralismo bogotano, los dirigentes de la protesta invocan a funcionarios del nivel central para negociar; pero durante el gobierno de Santos se tiene que hablar con los ministricos que lo caracterizan. Si algo ha identificado el gobierno de Santos es que nombra en el alto nivel miembros de la élite oligárquica que, como ya se saber, son ineptos e ignorantes de la realidad territorial. Algún payanés ingenioso decía en su cuenta de Facebook que negociar con los ministros de Santos era como “chupar teta con el brasier puesto”. Así que el diálogo se vuelve insulso y con paños de agua tibia se levanta la protesta, o mejor se aplaza, con base en promesas de apagar incendios o aliviar el dolor, mientras que el tumor sigue creciendo.

Claro que en un país de falsa descentralización corresponde al gobierno central asumir el financiamiento y las medidas de política necesarias para resolver los problemas territoriales; pero la gestación o inicio del proceso es de carácter local. Para qué se hacen elegir los alcaldes y gobernador si cuando se trata de asuntos territoriales corren a buscar al gobierno nacional para la solución, si allá en Bogotá la élite de poder ni conoce los problemas, ni le interesa la solución, cuando en este territorio no hay grupos económico que ejerzan presión.


En una página del Facebook, un cuentahabiente hace un llamado interesante y dice que como de la clase política no se puede esperar nada, que sea desde la sociedad civil que se promueva un movimiento para dialogar y propugnar por una solución estructural y definitiva a este problema que ya se ha enraizado en la historia regional; idea que tiene cierto grado de sensatez, porque es necesario ensayar todo tipo de fórmulas a ver si algún día se le propone al gobierno nacional un mecanismo que permita evitar que cada cierto tiempo se coloque en confrontación los derechos de los indígenas y la comunidad rural y los derechos de la comunidad urbana del municipio de Popayán. Ya sea de gestación gubernamental o de gestación civil, lo cierto, tal como mandan los cánones de la planificación estratégica, es que el diseño de la solución definitiva debe salir de los actores territoriales, quienes son los únicos que conocen y sienten el problema y por lo tanto quienes pueden identificar las soluciones y luego sí, ejercer la presión necesaria en el nivel central para que apoye las medidas y de esa manera poder responder la pregunta que hoy se hacen los payaneses ya desesperados por la repetición cíclica del episodio de bloqueo: hasta cuándo por Dios?. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario