martes, 14 de junio de 2016

LOS RIESGOS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

La violencia en Colombia tiene causas objetivas y subjetivas que se alimentan con factores estructurales y coyunturales, por lo cual lograr la convivencia pacífica y armónica de la sociedad requiere un conjunto complejo y heterogéneo de medidas y acciones en el inmediato, corto, mediano y largo plazo.

Dicen algunos entendidos que una de las causas subjetivas de la violencia que se alimenta con los factores estructurales del machismo y la cultura agresiva del colombiano, dicen, es la violencia intrafamiliar, principalmente el maltrato a los niños, con lo cual se siembra desde la infancia, el espíritu de la violencia y la costumbre de pretender alcanzar sus propósitos a punta de agresiones y sin utilizar razones. Resulta que ahora, después de una gran lucha de las organizaciones femeninas, que Colombia logró meter dentro del marco de la penalización los actos de violencia intrafamiliar, el candidato a fiscal Néstor Humberto Martínez, propone echar para atrás la medida con los argumentos de que esa norma rompe el núcleo familiar y atosiga el sistema judicial.

El tipo Martínez es uno de los más grandes lagartos de la historia política nacional. Sin tener mayores méritos intelectuales, a punta de cepillo a las élites del poder, ha logrado escalar posiciones en el Estado hasta que hoy es uno de los protegidos del Presidente y ya lo tienen cerca del ser fiscal, con el riesgo que eso tienen según los argumentos que ha expuesto, sin vergüenza alguna, ante la Corte Suprema, cuando públicamente se sabe que es precisamente la impunidad y la falta de temor de los violentos lo que sostiene la violencia intrafamiliar. Ahora que es un delito, los violentos lo piensan dos veces y las víctimas se animan a denunciar sin el temor de las retaliaciones. Y el argumento de la congestión en los despachos judiciales, es como si se prohibiera a los ciudadanos ejercer el derecho a poseer un carro porque hay trancón en las vías. Si es por la congestión, entonces hay que despenalizar el atraco callejero también.

Si el clima de paz no se logra mediante acuerdos con un grupo guerrillero, sino con la construcción colectiva de la convivencia empezando por la familia, siguiendo por el barrio y así sucesivamente con la aplicación de estrategias en los distintos frentes de la vida social como el ambiental, el territorial, el económico, el institucional y por supuesto el social, la llegada de Martínez a la fiscalía sería un duro golpe a los propósitos del mismo gobierno que lo ha propuesto, si es que de verdad Santos quiere la paz para Colombia y no simplemente mantener el cañazo de la negociación con uno de los grupos guerrilleros; por un lado, el riesgo de agudizar el fenómeno familiar que tanto afecta las condiciones de la vida humana principalmente de las mujeres y los niños, y por otro lado, la alimentación de los factores que reproducen la cultura de violencia propia de nuestra idiosincrasia y entonces la elección de Martínez se convertiría en la amenaza por los dos flancos para potenciar los riesgos de la violencia intrafamiliar.

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