Se dice en
lugares de opinión, que en las mentes de personaje cercanos al gobierno
municipal se agita la idea de promover la construcción de una central mayorista
de combustibles, como una salida estructural al problema de desabastecimiento
que cada tantos años se presenta como efecto del cierre de la vía Panamericana,
considerando que, como el problema de ordenamiento territorial no se ha
resuelto definitivamente, más temprano que tarde nuevamente se presentará el
conflicto en la carretera y se repetirá, seguramente, muchas veces más.
Independientemente
de que haya o no cierre de la vía, la traída de los combustibles a Popayán por
dentro de un tubo es mejor que sobre un vehículo automotor, porque entonces la
gasolina llegaría, como dice el refrán, como por un tubo, y así se aseguraría
más eficacia en el abastecimiento y hasta se haría a más bajo costo; no se
sabe, habría que hacer el estudio. De
todos modos se reduciría el riesgo del elevado tráfico por la carretera de
vehículos con carga peligrosa y seguramente han de haber otros beneficios más,
incluyendo algunos empleos permanentes que crearía la distribuidora de
combustible, donde se concentraría la distribución regional, incluyendo a
Nariño, de los tipos de gasolina. ACPM, kerosene y hasta gas. Dicen los
ingenieros civiles que lo conveniente es no construir el poliducto sobre la
actual ruta panamericana, no solo porque el riesgo sería mayor, sino también
porque lo más adecuado es el piedemonte de la cordillera occidental por la
margen izquierda del río Cauca. Ellos conocen los argumentos técnicos, pero el
sentido común dice que esa es la lógica.
Sin duda el
proyecto es de gran envergadura, tal como otros proyectos que hoy están en la
cabeza de varios payaneses que piensan en grande. Ojalá sea cierto que el
alcalde Gómez esté pensando así con el apoyo de otros empresarios locales,
porque eso sería orientar el futuro de Popayán con ideas de largo alcance y no
con la mentalidad cositera que tantas veces se ha criticado. Pero lo que parece
sensato es la necesidad de crearle una gerencia ad-hoc para aprovechar la ley
sobre alianzas público-privadas y así constituir un instrumento capaz de
mantener vivo el propósito evitando la dormida sobre los laureles que es común
en el medio burocrático.
Esperamos
que esta idea no sea simplemente calentura “postbloqueo” y que dentro de unos
días se diluya; muchos creen que la iniciativa del alcalde es buena y que
merece respaldo público e igualmente, que es técnica y financieramente viable,
en la medida que encuentre el respaldo de los organismos nacionales, lo cual no
parece difícil por el significado que un poliducto tiene en el panorama del
desarrollo nacional y los intereses de los grandes capitales que influyen en
las decisiones centrales, así que dentro de la agenda de los gobiernos
territoriales bien cabe la inclusión del tema de la central de combustibles.
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