Según
algunos de los promotores de la reunión en Santander de Quilichao el pasado dos
de abril donde se aglutinaron cerca de medio centenar de antiguos dirigentes
políticos de la zona, en este departamento se percibe una idea generalizada en
la gente sobre la situación regional y su futuro cercano. Dicen que hay desconcierto, incertidumbre y muchas
inquietudes acerca del rumbo que tomará el Cauca en los próximos meses.
Fenómenos
curiosos en la actividad económica están ocurriendo y muchas expectativas se
están creando en torno al llamado posconflicto del que trata el gobierno
nacional. Como siempre en casos similares, la gente se alista para recibir los
flujos de recursos, bajo el supuesto de que van a llegar en alto volumen, pero
no surgen desde en su seno propuestas serias que permitan dinamizar adecuados
procesos de desarrollo para el mejoramiento de las condiciones de vida de la
comunidad departamental.
Es a este
escenario, un poco vacío, donde pretenden llegar los promotores del movimiento.
Son concientes de que en el marco de la realidad constitucional y la gestión
pública del presente, es fundamental la presencia de una sociedad civil fuerte
y capaz de sentarse codo a codo con el gobierno, principalmente nacional, a
concertar políticas, formular programas y asignar recursos; pues ya la
comunidad está cansada de que a Popayán lleguen ministros y altos funcionarios
a anunciar y prometer obras y proyectos que definen en Bogotá personas que no
conocen la realidad territorial y que no tienen en cuenta las inquietudes de
los actores locales. Si no se encuentra acá una organización social adecuada
para la concertación, seguirá operando el mismo esquema en el que los afectados
directos son simples convidados de piedra.
Si bien es
cierto que el funcionamiento del sistema político en este departamento contiene
deficiencias y existen muchas inconformidades y quejas en contra de los
políticos locales, más importante que la reorganización política regional es la
propuesta de reorganización social tendiente al fortalecimiento de la sociedad
civil. Por eso, aunque los dirigentes del proceso naciente hayan sido
políticos, es sensato valorar el sentido de la iniciativa que comenzando en
Santander de Quilichao, hoy se está extendiendo hacia las otras zonas del
departamento. Dicen los promotores del proceso que sus intenciones no son las
de participar en las próximas elecciones del Congreso donde los candidatos
necesitarán los avales de los partidos ya existentes, sino crear una verdadera
movilización social en el seno de la comunidad con carácter pluripartidista en
lo político y homogénea en los social, para contribuir mediante la concertación
de políticas públicas con los gobiernos nacional, departamental y municipales a
satisfacer de manera pertinente las expectativas regionales.
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