martes, 18 de noviembre de 2014

LA PARADOJA DEL TRIBUTO

Hace algún tiempo, tal vez con la sana intención de elevar los ingresos fiscales del Departamento del Cauca y los municipios, se fijó una elevada tarifa en el impuesto al sacrificio de ganado, probablemente las más alta de Colombia. Pero hoy los registros sobre ingresos de las entidades territoriales por este concepto no muestran los resultados esperados y por el contrario, los efectos en el mercando, cuya racionalidad es la que en últimas define la base tributaria, han ocasionado la pérdida de oportunidades para la economía regional en su conjunto.

Aproximadamente el 80 % de las 450 reses que se sacrifican diariamente para el consumo de Cali, llegan de Caquetá pasando en camiones por Popayán, donde bien pudieran sacrificarse, pero el valor del impuesto espanta a los empresarios quienes prefieren asumir los cotos del flete y la pérdida de peso del ganado por el viaje y llevarlos a los mataderos del Valle del Cauca. Esa es la lógica del mercado. Queda entonces en Popayán solo la demanda local por sacrificio que es muy baja y crea un cuello de botella para solucionar estructuralmente los problemas del vetusto matadero que hoy tiene serios estrangulamientos ambientales y urbanísticos. Popayán necesita un nuevo matadero pero el bajo volumen de sacrificio no permite ni el punto de equilibrio para darle factibilidad financiera al proyecto.

Fijar la tarifa del impuesto al sacrificio de ganado igual a la del Departamento del Valle es crearle competitividad al territorio lo cual, acompañado de otras acciones de marketing de servicios, podría propiciar la elevación del sacrificio en Popayán, con una parte de las destinadas al consumo de Cali y con ello abrir la posibilidad de mejorar la capacidad instalada no solo de esta capital sino también de otros municipios donde se han hecho inversiones como el caso de Santander de Quilichao. De nada le ha servido la tarifa alta a las finanzas territoriales, pero en cambio, mucho ha contribuido al incremento del degüello clandestino que no solo evade impuestos, sino que también aumenta los riesgos en materia de salubridad.

A los comerciantes de carne de Cali, les conviene más bajar el flete del ganado en pie, disminuir la pérdida de peso por el viaje y mejorar la racionalidad económica con el transporte en canal desde Popayán; pero esta ciudad debe disponer de un matadero adecuado, que puede ser optimizando el actual de manera transitoria, mientras se desarrolla el proyecto de una nueva planta de sacrificio, una vez que se haya elevado la demanda del servicio para el mercado de Cali; y de paso, sin descartar tampoco, la posibilidad del sacrificio para exportación donde esta ciudad ya tuvo vocación e imagen en el mercado internacional, que hoy se podría recuperar considerando las fortalezas actuales, por lo cual es recomendable que el gobierno departamental tome medidas sobre la tarifa que permitan sobrepasar la paradoja del tributo. 

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