Bien dicen algunos
historiadores, no los historicistas, que la democracia fue inventada por los
ricos para que gobiernen los ricos en beneficio de los ricos; y yo digo que con
el voto de los pobres, ya que al ver el debate de propuestas entre los
candidatos a la presidencia, los temas que se agitan son los que interesan a
las élites de poder y círculos de la oligarquía. Pues sobre los temas de
interés para la colectividad en general donde está el pueblo, o no se dice nada
o lo que se dice es muy poco. Claro que ellos, los candidatos, hablan de “todos
los colombianos”, cuando en realidad están pensando en los socios del Jockey
Club, Los Lagartos, El Nogal o el Metropolitan.
La gran prensa
bogotana, que está al servicio de los grupos de poder, lo califica como un
debate frio que no despierta interés en la opinión; tal vez porque gira en
torno a dos o tres temas que ya suenan como disco rayado y que no alcanzan mérito
como para el nivel de una competencia por la presidencia de un país. Es una
confrontación de frases retóricas, más que la exposición de propuestas de
fondo, las cuales, lógicamente, no se pueden resumir en jingles publicitarios.
Pero, de lo que le
duele y le preocupa al grueso de la población colombiana de estratos medios y
bajos porque en el día a día golpea la situación familiar, no se hace
referencia. Por ejemplo y para citar solo algunos casos, sobre el problema de
salud ocasionado por la existencia de las EPS; el matoneo estudiantil; la
delincuencia juvenil; el maltrato
infantil; el abuso de las empresas operadoras de servicios de comunicación como
TV por cable, internet y celulares; los efectos de la privatización de los
servicios de tránsito; la mala calidad de los servicios básicos domiciliarios; los
golpes a la sociedad civil ocasionados por la última reforma tributaria; los
recortes a la descentralización administrativa y la castración a la autonomía
municipal que realiza el DNP; el degeneramiento institucional del sistema
ambiental y la vagabundería de las corporaciones autónomas; los factores
estructurales de la pésima movilidad urbana; las deficiencias en los procesos
de planificación; el rezago en la transformación del Estado para el
establecimiento del modelo gerencial, estos últimos que el común de la gente no
ve pero que siente en la vida cotidiana, no se escuchan propuestas.
Es cierto que cualquiera que sea el presidente, las
decisiones en los temas de profundidad se toman en Washington, con base en los
paradigmas que se crean en la Universidad de Harvard para proteger los
intereses de los ricos de USA y los demás del G-7 y a los fondos y la banca de
inversión, los cuales usan teorías que penetran en Colombia gracias a la
gestión del DNP; pero alguna consideración deberían tener los aspirante acerca
de los verdaderos problemas que vive la comunidad nacional ya que al fin y al
cabo, son los colombianos quienes con su voto, legitiman la elección, por lo
cual sería conveniente algún giro en el debate de candidatos.
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