miércoles, 15 de mayo de 2013

EL MECANISMO DE LAS AYUDAS


La semana pasada, el gobierno a través del Ministerio de Agricultura, calmó la protesta de los productores de papa comprometiendo una ayuda de 40 mil millones de pesos, más 30 mil millones adicionales que se acordarán próximamente y dos mil millones para los productores de cebolla, según publicación de un diario bogotano. Con esto, adopta la política de recurrir a los subsidios y ayudas monetarias cada que se presenta una marcha, protesta o toma de carreteras, lo cual seguirá en serie, porque más adelante vendrán uno a uno, los productores de todas las ramas que componen el aparato productivo nacional, como consecuencia de las políticas que ha venido aplicando el gobierno durante el presente siglo.

La solución no es mediante dádivas para mitigar la protesta y así aliviar la lamentable situación que afrontan los productores nacionales, no sólo del sector agropecuario, sino también los manufactureros. Eso es como buscar la fiebre en la sábana. La solución al problema de los productores es atacando las causas directas e indirectas que ocasionan el problema y por lo tanto, es mediante las políticas fiscal, monetaria, cambiaria y por supuesto la política de desarrollo, como se corrigen los factores que están llevando a la quiebra a los productores nacionales. Es el modelo de globalización financiera con apertura de las fronteras comerciales el tronco que sostiene los argumentos por los cuales el aparato productivo se está desecando.

Aplacar la protesta con subsidios y ayudas monetarias es agrandar más el problema. Es institucionalizar el mecanismo por efecto ilustración hacia las demás ramas afectadas por el modelo y las políticas macroeconómicas, que son todas, excepto las multinacionales, y con ello crear un rosario de protestas una detrás de la otra. Es poner en riesgo la situación fiscal que se concentra principalmente en cumplir el servicio de la deuda y por ende la carencia de fondos para atender otras necesidades sociales del país.

Ante esta situación el gobierno se metió en una encrucijada; pues si ataca el problema con las fórmulas adecuadas modificando las políticas macroeconómicas, se echa encima a los organismos multilaterales que protegen al capitalismo financiero internacional; y si se aparta de la modalidad de subsidios y ayudas monetarias que ya acostumbró, se incendia el país con tomas de carreteras cada semana, razón por la cual debe desde ahora, revisar el mecanismo de las ayudas.

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