Manfred Max-Neef fue un economista chileno que había nacido
en 1932 y la semana pasada abandonó definitivamente este mundo, donde dejó
importantes pensamientos y productos intelectuales que merecen reconocimiento y
aprovechamiento para abordar temas de trascendencia social, sobretodo en países
latinoamericanos.
En 1983 fue galardonado con el premio Right Livelihood
Award, considerado el Premio Nobel alternativo de economía, diferente al premio
que se otorga en Suecia, por la contribución para fortalecer al grupo económico
que domina el mundo en ese momento. En época cuando se desmoronaba el paradigma
del desarrollo construido en los años cincuenta para sostener el capitalismo
industrial y el poder de las multinacionales; y que el capitalismo rentista,
sustentado por el ideario neoliberal, se esforzaba por introducir su propio
paradigma sobre el desarrollo, donde Amartya Sen fue un abanderado, este
pensador latino expuso su enfoque de Desarrollo a Escala Humana que nos abrió
los ojos sobre lo que debe ser la esencia del desarrollo.
Max-Neef mostró que una cosa es el desarrollo como objeto
real y otra las teorías y enfoques que nos habían vendido desde los años
cincuenta, haciéndonos creer que desarrollo es satisfacer las necesidades
humanas con los satisfactores producidos por la cultura, la tecnología y las
fábricas de Norteamérica y Europa. Nos mostró que es posible satisfacer las
necesidades con satisfactores autóctonos, en la medida en que rompamos con la alienación
ideológica.
La introducción de los conceptos de necesidad/satisfactor
en la teoría del desarrollo, permitió precisar la razón del subdesarrollo
cuando dijo que el desarrollo es histórico y tienen un fuerte factor mental.
Una cosa es el desarrollo y otra la idea que la persona tienen sobre el mismo;
y con ello también se comprendió a fondo el concepto de calidad de vida pensado
más sobre factores humanos que sobre argumentos de mercado.
En la gestión del desarrollo también hizo aportes
importantes, cuando dejó claridad que las necesidades son estables y están
dadas por la ley de la naturaleza, a pesar de que también existen necesidades
creadas por factores ideológicos principalmente derivados del consumismo, de
modo que la gestión se debe concentrar más en los satisfactores que en las
necesidades, considerando la oferta cualitativa y cuantitativa y la
distribución o asignación de los mismos, abriendo así un campo de acción muy
claro sobre la intervención de los actores sociales, incluyendo al gobierno, sobre
lo que se debe hacer para definir políticas públicas orientadas al mejoramiento
de las condiciones de vida.
Y
así sucesivamente, se podría seguir enumerando las contribuciones conceptuales
de este pensador chileno, quien introdujo elementos para comprender la realidad
del subdesarrollo bajo el enfoque de la Economía Descalza, que permite a los
países dependientes examinar con objetividad su propia realidad, derivada del
poder que ejercen las fuerzas económicas globales con dominio en los países del
norte. Así que hoy cuando ya ha partido para siempre y no podremos ver nuevos
aportes a la teoría económica, es apenas justo reconocer las enseñanzas de
Max-Neef.
No hay comentarios:
Publicar un comentario