Hace unos
días se presenció el debate sobre la economía colombiana en el que algunos
afirmaban sobre el estancamiento y Carrasquilla sobre el crecimiento. En esta
columna desde comienzos del año se anotó que había síntomas de recesión, lo que
fue corroborado por el gerente del B. de la R. posteriormente. Ahora el DANE
publica las cifras de la contabilidad económica y efectivamente muestra datos
donde hubo crecimiento del 3% entre el segundo trimestre de 2018 y el mismo
período de este año, que el gobierno utiliza para celebrar y sostener que la
economía no está estancada, aunque las manifestaciones de otras variables
macroeconómicas señalan lo contrario, como se puede ver en el comportamiento
del desempleo, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, la
caída de la oferta de dólares en el mercado externo, etc.
Por lo
general, la opinión pública siempre duda de las cifras del DANE, porque son del
mismo gobierno, ya que no existe independencia del organismo como debería ser,
y porque las metodologías y los procedimientos son ocultos a la mirada pública;
pero esos datos son los oficiales de modo que toca aceptarlos pero mirarlos con
detenimiento.
Si
examinamos en detalle las cifras de marras, vemos con claridad que la economía
no creció sino que se infló en el período referido. Hubiera sido crecimiento
sólido y con fortalecimiento de la economía, si la participación del aparato
productivo en el PIB se hubiera incrementado. Pero ocurrió todo lo contrario.
La participación de los sectores productivos se redujo del 30.17 % en 2018 al
29.57 % en 2019. Por lo tanto el peso de los sectores improductivos se elevó
del 69.83 % al 70.43 %. Los sectores improductivos viven o se sostienen del
Excedente Económico que producen los sectores productivos por lo tanto si ellos
aumentan, la carga sobre los productivos se aumenta y la economía se debilita.
Esta es una
tendencia secular que la economía colombiana vienen sufriendo desde hace tres
décadas ya que en los años ochenta, el aparato productivo participaba en el PIB
con cifras cercanas al 60% mientras que ahora apenas se acerca al 30%, por lo
cual cerrar el déficit fiscal se hace imposible y adoptar una estrategia
sostenida de generación de empleo formal, también.
Ese
3% del que hablan las cifras es bajo, si se tiene en cuenta el comportamiento
de otras variables macroeconómicas, como ya se dijo, como son el aumento de la
población económicamente activa, el crecimiento de la deuda pública y el
aumento de la demanda de dólares como producto de la salida de capitales de
especulación por culpa del mal gobierno y las dudas que genera; de modo que no
hay motivo para alegrarse porque el estancamiento de la economía se produce
principalmente por el comportamiento del aparato productivo, donde se originan
las fuentes para alimentar el Excedente Económico, razón por la cual se puede
afirmar que las cifras de crecimiento del PIB, así como se muestran y aun
considerando que son ciertas, no son señal de reactivación económica y más bien
corresponden a la falacia del crecimiento.
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