La semana pasada dijo Carrasquilla, el flamante Ministro de
Hacienda, que no sabe por qué hay desempleo en Colombia y que tampoco conoce la
fórmula para combatirlo, algo que no se puede creer. Carrasquilla sí sabe pero
se está haciendo el pendejo, por la misma razón que todos los neoliberales se
avergüenzan, cuando se expone los efectos sociales de sus políticas, que
siempre propician el desempleo. Por eso le dieron el Premio Nobel de Economía a
Phelps en 2006, quien profundizó en el cuento del “desempleo friccional” para
evadir la responsabilidad de la política macroeconómica en materia de
desempleo.
Desde quinto semestre del programa de economía, se sabe cuál
es la causa del desempleo, como para que ahora Carrasquilla diga que no la
conoce. Otra cosa es que los neoliberales se hagan los güevones, como dice
Rigoberto Urán. Se sabe que en un país subdesarrollado, sin tecnología propia
ni suficiente ahorro interno, solo existen dos alternativas para la política
macroeconómica: una sobre la base del empleo y la otra sobre la base del
control a la inflación. Pero las dos no pueden ir juntas. O se adopta una
política macroeconómica orientada al pleno empleo, o se formula una para
controlar la inflación.
En Colombia, durante el siglo pasado, en época del
capitalismo empresarial, para favorecer los intereses de los grupos de poder,
principalmente los industriales, la política macroeconómica era sobre la base
del empleo, considerando que de esta manera se logra que en la calle haya gente
con dinero en la mano para comprar los productos de los empresarios. Pero en
este siglo, en época del capitalismo rentista, para favorecer los intereses de
los especuladores del dinero agrupados en los fondos de inversión, la política
macroeconómica es sobre la base de la estabilidad monetaria, considerando que
de esta manera se evita el riesgo de que la inflación se coma las ganancias de
los capitalistas, que invierten su dinero en papeles de renta fija.
Para frenar la inflación, al primero que se le echa mano es
al gasto público, bajándolo a sus mínimas proporciones, lo cual afecta
obligatoriamente la demanda agregada y por lo tanto disminuye la cantidad de
gente con dinero en la mano para comprar bienes y servicios, con lo cual los
empresarios no crean puestos de trabajo, ya que los empleadores solo enganchan
personal para atender los pedidos de sus clientes; pero si no hay pedidos ni
clientes, no hay trabajo tampoco.
Por supuesto la solución al desempleo es fácil deducirla.
Otra cosa es que el capitalismo financiero internacional, a través de los
organismos que lo protegen como el FMI, el Banco Mundial y ahora en Colombia también
la OCDE, impongan sus mandatos a las autoridades económicas nacionales para
disminuir el gasto público. Con el agravante en este país, que el desempleo es
norma constitucional impuesta por el Artículo 373 de la Carta, de modo que no
se trata de saber o no saber, sobre la causa del desempleo y la manera de
corregirlo, sino de tener la voluntad política para aplicar las medidas
tendientes a disminuirlo, por lo menos, con fines de mejorar la situación
social y también de fortalecer el aparato productivo. Entonces que Carrasquilla
no se haga el ignorante sobre temas que desde el nivel de pregrado ya conocen
los economistas, como para que ahora salga a los medios de comunicación a decir
que no conoce la causa del desempleo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario