Hace unos días publicó una columna el excontralor Álvaro Urbano
haciendo referencia a los requisitos y condiciones que debía poseer la persona
quien ocupe el cargo del gobernador del departamento, exponiendo una lista
larga de atributos y cualidades para ser un gobernante eficaz y efectivo; y de
verdad que, debido a que desde 1991 Colombia derogó el Modelo de Estado
Burocrático y se embarcó en el Modelo de Estado Gerencial, los gobernantes
territoriales son los gerentes públicos por excelencia dentro del territorio de
su competencia, por lo cual sus dotes deben ser consecuentes con el rol
gerencial que la norma jurídica les impone, aunque por motivo del régimen
político, el proceso de transformación de la administración pública ha sido
lento y muy poco se ha avanzado en este cuarto de siglo.
Simultáneamente con la publicación de la columna de Álvaro, entró a
circular por las redes sociales un mosaico de fotos con el grupo de aspirantes
a dicho cargo, en la cual hay de todo, como en botica, algunos más conocidos
que otros, pero todos con la legítima aspiración que todo ciudadano puede tener
haciendo uso de sus derechos. Para algunos comentaristas hablar de ese tema es
todavía prematuro, pero los antecedentes sobre procesos electorales, muestran
que un año es apenas suficiente para realizar una campaña, que la misma norma
legal impone cuando regula el régimen de inhabilidades. El tiempo vuela.
Si bien es cierto que debido al carácter gerencial del gobernante los
atributos personales son importantes por cuando, ante todo, el gobernante
territorial es un líder que dinamiza procesos públicos mediante la gobernanza y
constituye el rector de los procesos sociales, económicos e institucionales,
también existe la Ley 131 de 1994 que establece la obligación a los candidatos
de inscribir un programa de gobierno y aunque en el sistema político no se
cumple, la ley dice que cuando el elector vota, no lo hace por una persona sino
por un programa de gobierno.
Haciendo ahora, en las primeras de cambio y de manera preliminar, el
ejercicio de confrontar los principales atributos que plantea Urbano, pues
todos creo que nadie los cumple, y las propuestas sobre programa de gobierno, me
atrevo a resaltar la opción de Blanca Inés Chávez, cuyos lineamientos de
programa son novedosos, pertinentes, viables y responden cabalmente a las
causas de las situaciones que hoy afronta el departamento en los principales
aspectos del complejo territorial, por lo que, considerando que, según se
deduce de los resultados de las últimas elecciones, la gente quiere y desea un
cambio que permita renovar a los viejos dirigentes que desde el siglo pasado
están protagonizando los procesos electorales y colocando sus fichas en los
cargos de dirección, el nombre de la doctora Chávez merece ser tenido en cuenta
para hacerle seguimiento cuidadoso en este proceso político que está comenzado,
a ver qué ocurre el próximo año con miras a constatar si el departamento
acierta con el perfil del gobernador.
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