La
temperatura del debate electoral, que este año que ha estado bastante calurosa,
ha traído al presente la confrontación entre derecha e izquierda, unos
conceptos que nacieron por allá en el siglo 18, cuando en la Asamblea
Constituyente de la Revolución Francesa, los defensores del interés de la
aristocracia y los ricos se sentaron al lado derecho del salón y los
partidarios del pueblo craso se situaron al lado izquierdo. Desde entonces se
popularizó el concepto y siempre se ha llamado de izquierda a los defensores de
los pobres y de derecha a los que privilegian a los ricos.
Pero ahora
en Colombia también se habla del “Centro”, concepto este que debería tener un
soporte conceptual en el marco de una tercera categoría de la doctrina
económica y social. No obstante, cuando examinamos las teorías económicas y
sociológicas, no se aprecia con claridad el soporte doctrinario de la línea del
centro. Pudo haber existido en el siglo pasado, en época del Capitalismo Empresarial,
cuando tenía vigencia la propuesta socialista y los defensores del socialismo
eran de izquierda y los defensores del capitalismo se dividían entre los
desarrollistas de Chicago con concentración de la riqueza, que eran al extremo,
y quienes defendían la redistribución del ingreso tipo Samuelson, que podrían
haber sido los del centro. Pero hoy, cuando el socialismo no existe, ni volverá
a existir; en época del Capitalismo Rentista donde predomina la corriente
neoliberal que defiende los intereses de los capitalistas rentistas agrupados
en los fondos de inversión hay imprecisión sobre los lados del debate.
Lo que se
aprecia es que, por lo general, hay dos alternativas excluyentes únicamente. Se
privilegia el factor capital o el factor trabajo y las políticas públicas son
Top-Down o son Bottom-Up. En la política macroeconómica, que constituye el
epicentro de la gestión pública y matriz de la postura del gobierno,
encontramos la Política Fiscal donde vemos, en materia de gasto, las
alternativas de aumentar o disminuir el gasto público; en impuestos, los
directos y los indirectos; en política tributaria, la progresiva o la
regresiva. La Política Monetaria es expansiva o contractiva según si busca
aumentar el empleo o frenar la inflación y en Política Cambiaria tenemos la de
tipo de cambio fijo o la de tipo de cambio variable. Y en el corazón de todas
las posturas políticas está el debate entre quienes defienden la intervención
fuerte del Estado para mover la economía y quienes proponen dejar libre a las
fuerzas del mercado sin que el organismo público intervenga. Propuesta
socialista no se ve por ningún lado, porque como se ha dicho, este sistema no
tiene vigencia histórica. Por supuesto, las alternativas de política señaladas
no son universales como para que favorezcan a todos por igual; en todos los
casos un lado favorece a unos grupos de población y el otro lado favorece a
otro, de modo que habría que establecer con anterioridad a quienes se quiere
beneficiar para adoptar una de las posturas alternativas; pero políticas
universales que favorezcan a todos por igual no existen.
Es cierto
que en política electoral cualquier discurso se puede utilizar; pero sí es
conveniente para claridad en la opinión pública, examinar la viabilidad de las
propuestas considerando su soporte conceptual, razón por la cual es procedente
entrar a precisar en materia doctrinaria dónde queda el centro.
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