miércoles, 15 de enero de 2014

EL VASO ESTÁ MEDIO LLENO O MEDIO VACÍO

A pesar de que los defensores del Capitalismo Rentista, que amparados en la doctrina neoliberal ven la economía colombiana de comienzos de 2014 en excelentes condiciones afirmando inclusive que es la mejor en medio siglo, los analistas de la orilla contraria muestran otros aspectos que significan una realidad diferente. Es simpático, por decir lo menos, leer el domingo pasado en un diario bogotano a Eduardo Sarmiento y el lunes siguiente en el mismo diario a Santiago Montenegro. El primero, un académico que se destaca por su objetividad en los análisis y que no le come cuento a la doctrina neoliberal; el segundo, un esbirro de  los especuladores del dinero quien por razones de su cargo, tiene que defender el capitalismo rentista.

Montenegro celebra la cifra del desempleo en noviembre diciendo que es la más baja para ese mes en 25 años, mientras que Sarmiento afirma que el empleo crece por debajo de la tendencia histórica y que los empleos generados en 2013 fueron menores que los dos años anteriores. El uno dice con euforia que el PIB agrícola creció a un ritmo que no veía en mucho tiempo, mientras que el otro con sentido opuesto señala que el empleo sube menos de 2% en la agricultura, complementando más adelante que la política fiscal no le hizo ni cosquillas al mercado laboral, cuestionando así la gestión del gobierno; mientras que Montenegro afirma que el buen comportamiento de la economía se debe a los efectos de los cambios institucionales y legales que el Gobierno ha introducido.

Así planteadas las cosas sólo surge el interrogante sobre cuál es la situación real. Independientemente de que un columnista sea académico y el otro dirigente de un gremio económico, las cifras admiten interpretaciones que llevadas a los medios de comunicación pueden generar opiniones encontradas y con ello a crear distorsiones sobre la realidad económica nacional, positivas o negativas, pero de todas maneras sesgada.

Lo cierto es que las cifras obedecen a factores que sobre la superficie no se aprecian, por lo que es necesario sumergirse en ellas para detectar las causas de los fenómenos, que constituyen los verdaderos argumentos para calificar la situación de manera objetiva. Lo que sí debemos tener en cuenta antes de celebrar o lamentar, es que los motivos que originaron las cifras son de carácter coyuntural, que no permanecerán por largo tiempo en la realidad económica nacional y por lo tanto ya sea para una manifestación o la otra, de lo que podemos estar seguros es que en un plazo no muy largo estaremos presenciado otros indicadores y con ellos otra vez la oportunidad de discutir acerca de si el vaso está medio lleno o medio vacío.

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