lunes, 25 de febrero de 2013

LA PROTESTA DE ARTURO CALLE


La protesta del empresario de los vestidos ha tenido mucho eco en la opinión, tal vez porque siendo un hombre que casi nunca sale en los medios, su nombre colocado en múltiples lugares del país, es bastante reconocido en el escenario público. En parte tiene razón el señor Calle porque la carga tributaria en un país lleno de desempleo y pobreza, agobia de manera generalizada a la comunidad nacional.

Pero por otro lado nos recuerda la historia colombiana, cuando a mediados del Siglo XIX, se presentó la lucha intestina de carácter político en sus apariencias, pero con un trasfondo económico que al decir de algunos historiadores, marcó el futuro del desarrollo económico nacional, que se sembró a finales de dicho siglo y se consolidó durante el Siglo XX.

Dicen los historiadores y entre ellos Tirado Mejía, que se enfrentaron por un lado los artesanos y por otro lado los comerciantes, ambos con algunos otros aliados. La pugna la ganaron los comerciantes y por lo tanto este sector de la economía instauró su influencia en el gobierno y las políticas que se implantaron fueron para su beneficio. Ahora algunos historiadores afirman que de haber triunfado los artesanos, el sector industrial hubiera avanzado en su desarrollo y que en consecuencia en el Siglo XX, Colombia hubiera sido país industrial; pero como triunfaron los comerciantes, el país le abrió las puertas a la industria europea, principalmente inglesa, y se castró la posibilidad de fortalecer los inicios industriales nacidos en Cundinamarca y Santander, principalmente.

Lo que les duele a los comerciantes porque el gobierno intenta proteger el aparato productivo amparando los sombreros artesanales y la producción del cuero, no es tanto porque la carga de impuestos está azotando a la sociedad en general. Lo que les mortifica es que con la limitación de las importaciones se bajan las posibilidades de ganancias a las empresas de comercio, donde se ubican también grande multinacionales. Ello hace que la decisión del gobierno tome postura frente a las alternativas de política económica, midiendo el papel del aparato productivo en la base económica y sus impactos en materia de generación de empleo sostenible y fortalecimiento de los mecanismos multiplicadores. Probablemente Fenalco ejerza presión en contra de las medidas proteccionistas y los neoliberales vociferen por el incumplimiento de acuerdos sometidos a la OMC, pero la historia muestra hechos que son contundentes sobre los efectos futuros de las medidas que en todo caso, deben defender el aparato productivo nacional aunque se siga manifestando la protesta de Arturo Calle.  

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