martes, 9 de marzo de 2021

DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Por motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer que se presentó esta semana, en muchos medios se destacó que no se trata de una celebración sino de una conmemoración, entendiendo que esto último trata del recuerdo de un hecho que no es alegre y festivo, ya que el evento se refiere a la muerte de muchas mujeres que exigían derechos humanos. Para ello, se ha destacado que el 8 de marzo no es por referirse a una fecha propiamente sino a un fenómeno permanente de discriminación y desconocimiento de la igualdad de derechos.  

Todos esos hechos son ciertos; pero además, también es cierto que la especie humana en general tiene una gran deuda con el género femenino por el poco o nulo reconocimiento de los aportes de la mujer a la ciencia y la tecnología, según se deduce de la lectura de varios artículos publicados en Internet sobre el origen de la agricultura en la historia.

Dicen varios artículos de esa fuente, que en los primeros estadios de la civilización cuando la especie del homo sapiens todavía era nómada y la economía se limitaba a la simple recolección de productos de la naturaleza, fue el espíritu observador de la mujer el que descubrió la ley natural. La narración se refiere a que las mujeres embarazadas y las que tenían hijos pequeños y que por lo tanto no se iban con el hombre a la caza y la pesca, al quedarse en su labor diaria realizaron las observaciones que detectaron y concluyeron, que si se depositaba en la tierra una semilla salida del interior de un fruto, en ese punto germinaba una nueva planta por lo cual de manera deliberada se podría sembrar semillas y esperar el crecimiento del nuevo individuo vegetal. Es decir, fue la mujer quien creo la agricultura y con ello la ciencia y la tecnología que consiste en la comprensión y manipulación de las leyes de la naturaleza, como ocurre hoy cuando la microelectrónica se basa en lo operación deliberada del desplazamiento del electrón. Así mismo, fue por la habilidad manual de la mujer que se elaboró la cestería como utensilios para recoger la cosecha y que se convirtió en la base de la posterior manufactura que antecedió a la industria de hoy. 

Pero la cultura humana siempre ha destacado los grandes logros de los hombres y por ello la humanidad tiene una deuda de reconocimiento a la mujer por sus aportes en materia de ciencia y tecnología como primera descubridora de la ley básica de la naturaleza, que es la de reproducción. Bien dice la biblia que Eva le dio a Adán de comer el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque así como la agricultura sirvió para que se produjera el asentamiento de la especie dejando su nomadismo, también fue el generador del producto social excedente por sobrantes de la cosecha, lo que propició las clases sociales y la aparición de la primera forma de Estado basado en la guerra que más adelante se consolidó en el Estado esclavista.

Entonces el asunto va más allá del reconocimiento de la igualdad de derechos frente al género masculino, porque la valoración por la creación de la agricultura y con ello las bases del método de la ciencia expresado en el conocimiento y la reproducción de los procesos naturales, es muy superior al simple reconocimiento de los derechos de igualdad. Es una deuda que la humanidad tendrá que pagar, no se sabe cómo, pero que es mucho más que reconocer la igualdad de derechos. Porque desde esos mismos orígenes y la imposición del principio de la fuerza bruta que se transformó en violencia, el género masculino ha sobrepuesto este atributo físico por encima del mérito intelectual de la sabiduría, lo cual se aprecia todavía cuando los gobiernos siguen utilizando la fuerza pública para neutralizar la racionalidad y el pensamiento diferente a los intereses de las élites de poder, de manera que es justo que ahora se le otorgue otra connotación al Día Internacional de la Mujer. 

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