Todo
empezó cuando los Fondos se tomaron el Poder de Estado por allá cerca de 1980,
con la elección de Reagan en USA y Thatcher en el RU. El capitalismo rentista
que había sufrido la mala experiencia de 1928 con los papeles de las empresas
privadas, ahora echó el ojo al Estado para convertirlo en el marrano de su
negocio.
Primero
estrangularon las finanzas estatales. Le quitaron la facultad de imprimir
dinero y con ello la principal fuente de financiamiento; luego los préstamos
directos de los bancos comerciales; en seguida quitaron los impuestos directos exonerando
el capital, luego los aranceles, etc., hasta que el Estado quedó en la olla, sin
fuente alguna de recursos y limitado simplemente, a los impuestos indirectos
que afectan más a los pobres. El Estado quedó totalmente ahogado.
Ahora
sí, venga señor Estado que aquí le tenemos la solución: emita títulos valores y
colóquelos en el mercado de capitales, donde acuden los rentistas agrupados en
los Fondos y la banca de inversión, quienes se convirtieron en los principales
prestamistas del Estado. Algo así como los gota-gota del subdesarrollo.
Transformaron la teoría fiscal para convertir la deuda en una fuente de
financiamiento y el mecanismo de abrir un hueco con nueva deuda para tapar el
hueco de la vieja deuda de años anteriores, se convirtió en la formula
salvadora de las finanzas del gobierno.
Para
tener seguridad en el negocio, los rentistas crearon las certificadoras de
riesgo que se encargan de alertar sobre la situación fiscal de los gobiernos que
generan dudas para pagar el servicio de la deuda; y por supuesto, el FMI que se
encarga del monitoreo periódico. Se trata de tener la seguridad de que los
recaudos de impuestos serán suficientes para cubrir las obligaciones adquiridas
con los rentistas mediante la colocación de los papeles, en el caso colombiano,
de TES.
Posteriormente
vienen los cambios en la Política Económica. La Política Fiscal se reduce a
cobrar impuestos a los pobres, disminuir el gasto público para no desviar los
ingresos tributarios y pagar cumplidamente el servicio de la deuda. La Política
Monetaria a controlar la inflación para que la pérdida de poder adquisitivo no
se coma los intereses de la renta fija de los papeles de inversión de los
capitalistas. Y la Política Cambiaria, sometida a que el precio del dólar lo
fije el mercado.
Lo
más probable es que con los cambios introducidos en el Congreso, la Reforma
Tributaria de este mes no le genere al fisco los ingresos requeridos; pero el
FMI y las certificadoras de riesgo quedan con argumentos para darles
tranquilidad de los capitalistas rentistas, que pueden comprar TES y deuda del
Estado colombiano, con la tranquilidad de que habrá suficiente dinero para
pagarles tanto el principal como los intereses, dentro del modelo neoliberal
impuesto por el capitalismo financiero internacional y que nos permite hoy
narrar la crónica de los impuestos.