El mundo académico pocas bolas le ha puesto a las
causas de los cambios que vienen ocurriendo desde hace tres décadas en diversas
disciplinas de conocimiento dentro de lo que se ha dado a llamar el capitalismo
postindustrial, los cuales se manifiestan en las teorías de varios campos del
conocimiento. Por lo general los autores se limitan a describir los cambios y a
dar explicaciones sobre el contenido y significado de los mismos, pero casi no
profundizan en las raíces que han dado origen a nuevos enfoques en teorías de
las ciencias sociales como la economía, la sociología, la geografía, el derecho
internacional, la ciencia política y hasta en el mismo paradigma del
conocimiento que soporta toda la construcción de la epistemología.
Desde épocas remotas de la historia humana, hemos
conocido fenómenos cuya raíz se encuentra en los intereses de las élites de
poder económico del momento, incluyendo aspectos relacionados con la teoría y
las disciplinas de conocimiento. Es decir, no solo los procesos políticos se
derivan de la influencia de los grupos de poder económico, sino que también en
la esfera de conocimiento se producen novedades cuya explicación no es otra que
el cambio de los actores sociales donde se concentra la mayor riqueza y este
fenómeno no puede estar ausente en la realidad presente del mundo globalizado.
El cambio del Capitalismo Empresarial al Capitalismo Rentista con todo el
arrastre económico, ideológico y político, fue la consecuencia del traslado de
la riqueza del mundo desde el sector secundario de la economía, al sector
terciario, dejando así de ser los ricos del mundo los industriales que durante
mucho tiempo estuvieron agrupados en empresas multinacionales, para pasar a
ocupar ese privilegiado lugar los capitalistas rentistas agrupados
principalmente en los fondos de inversión. Luego se tomaron el poder de Estado
a partir de la elección de Reagan en USA y Thatcher en RU y desde ahí,
desplegaron toda la transformación que hoy conocemos como la postmodernidad o
el capitalismo postindustrial.
No es que antes no haya habido rentistas, que son
tan antiguos como la economía misma, ni que hoy no haya empresarios; la esencia
del cambio radica en el control del poder de Estado y en la utilización de las
políticas a favor de sus intereses. Antes, bajo el enfoque keynesiano del
Estado Interventor-Benefactor, las políticas privilegiaban a los ricos, como
siempre, pero industriales, hoy las decisiones del gobierno favorecen
igualmente a los ricos, pero a los capitalistas rentistas, resguardados en los
fondos, cuya inversión realizan principalmente en papeles de renta fija exenta
de impuestos y prioritariamente en las emisiones del gobierno, por lo cual el
gasto público se convierte en su principal enemigo, tanto por los efectos
inflacionarios, como por el riego en el pago de la deuda donde ellos son los
principales acreedores y bajo cuya presión se ha realizado la transformación
del capitalismo.